30/5/11

necesidad

La verdad duele. Que me lo digan a mi ahora que lloro como si fuera la última vez. Que te digan que lo que necesitas es un abrazo y de inmediato sentir que es verdad, duele. Duele mucho. Porque sé que a mi nadie va a quererme como yo he llegado a querer a alguien. Todo se basa en primeras impresiones del exterior, nada de mirar la personalidad. Si lo primero no está bien, no vale la pena seguir mirando. Ya nos lo dicen nuestros profesores cuando explican como corrigen, pero jamás pensé que pudiera llegar a ocurrir en la vida real. Volviendo al tema central y, es más, concretando en él, que te digan que el abrazo que necesitas es paterno, puede llegar a doler más que un abrazo normal. Porque eso significa que ni siquiera tus padres te han dado cariño, entonces, ¿cómo van a dartelo personas que quizás ni siquiera conozcas? Ahí está el dilema de mi vida... ni mudándome a un sitio donde nadie me conoce, donde no conozco nada, he logrado perder de vista mis problemas. Ya solo cantar los anula, aunque sea por unas horas.


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