Nubes negras que se avecinan amenazan tormenta y aunque la atmósfera me lo advirtió yo no quise hacer caso y salí de casa sin querer darme cuenta de que un rayo sería la causa de mi muerte. Ahora ya es tarde. Después de lo que he hecho no volveré a ver el Sol. ¿Pero que querían que hiciera? Yo solo seguí su olor en el viento. Vendí el Sol, por una noche eterna. Cambié el día por la Luna. ¿Sabes que es lo mejor? Que no me arrepiento. Si en un futuro me doy cuenta de que esto no ha valido para nada, seguiré sin arrepentirme.
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